Las líneas suaves y elegantes del Karmatán, trazadas nada menos que por el gran John Alden, esconden fácilmente la realidad de un barco plurivictorioso en su época de juventud. Esa cubierta corrida, que acaba en una bañera recogida y muy segura, parecen más propias de un tranquilo crucero de Nicholson de los años 20 que de un racer hambriento de victorias de los 50-60.
Pero ¡qué victorias cosecha el Karmatán! Tres veces la Giraglia, una de las más difíciles y concurridas del Mediterráneo. De ellas, la de 1962, fue la primera Giraglia ganada por un barco español. Su propietario, D. Enrique Martorell Roca, fue galardonado por las autoridades deportivas. Años más tarde, en 1968, cuando al mando de D. Jacinto Ballesté, ganó la tercera Giraglia, el mismo Samaranch le dio la Medalla de Plata al Mérito Deportivo, por tal hazaña.
Hoy, después de un largo periodo de olvido y de una larguísima y meritoria restauración, vuelve a navegar entre los mejores, con base cerca de Barcelona.