Botado en 1948, por el Astillero Gómez y González de San Isidro (Argentina), el Joanne fue el último de los cuatro barcos casi gemelos construidos a raíz del éxito del Fjord III en la primera regata de Buenos Aires a Río de Janeiro del año anterior. De los cuatro, es el que más se parece al primero de la clase, por líneas de agua y por aparejo. Pero de todos ellos, el Joanne era también el más pesado, al haber sido construido con maderas más pesadas, en cubierta e interiores.
El Joanne fue protagonista el mismo año de su botadura, de un viaje a Europa, el primero de un yate argentino, durante el que participó a diferentes regatas, sea en Inglaterra, que en España y en el Mediterráneo. Su línea moderna y elegante, puesta de relieve por el casco barnizado, gustó mucho en el Viejo continente y este viaje favoreció mucho las relaciones deportivas entre los continentes, algo que entonces era muy incipiente. Europa estaba destruida por la Segunda Guerra mundial y los daños y desperfectos se veían en todos los puertos, menos en España.
El Joanne se midió con éxito con los barcos en boga por entonces: nombre famosos como el Myth of Malham, de Giles e Illingworth, o el Latifa de Fife, o el Ortac de Robert Clark, o el Cohoe de Reimers.
De ese viaje nos ha quedado un precioso relato, escrito por el mismo Germán Frers, que era un también un magnífico escritor y que participó en el mismo desde el primer momento.
Hoy, el Joanne sigue luciendo su preciosa estampa barnizada y ha venido al Mediterráneo otra vez a recordar "viejos tiempos", con base cerca de Barcelona.