Historia del Aquavit Elisa
El primer uso del contrachapado marino en la náutica fue quizás en la cubierta del Shamrock IV, el
famoso „patito feo“ de Sir Thomas Lipton para el Desafío de la Copa América de 1914. Esa regata, como
es sabido, no se corrió por el estallido de la 1a guerra mundial, y quedó aplazada hasta 1920, cuando el
patito feo sufrió una derrota muy comentada, pues parecía ser superior al defensor, el Resolute de Harold
Vanderbilt.
El primer barco de crucero enteramente costruido con el entonces nuevo material, fue el Zeevalk diseñado
en 1949 por Ricus Van de Stadt para el Sr. Bruynzeel que fabricaba precisamente tablas de contrachapado
con una tecnología nueva, mucho más resistente. El nuevo material todavía tardaría una decena de años
para imponerse por su economicidad y fácil mantenimiento. Precisamente Philippe Harlé con su primer
diseño, el Muscadet de 1961, logró el éxito de realizar el primer barco costruido en contrachapado de
serie. Harlé, gran apasionado y catador de vinos, llamó a todos su barcos con nombres de vinos o licores.
El Aquavit, nombre de una especie de aguardiente de origen escandínavo, fue el modelo de
contrachapado más grande diseñado por Harlé y tuvo un gran éxito, aún siendo como era un barco grande
y casi de lujo para su época. El astillero de los hermanos Polo de La Ciotat construyó la primera unidad,
que se llamaba Lord Jim II y que, aún siendo concebido para el crucero, con unos interiores amplios y
dotados de mucho confort, aunque de acabados un tanto toscos, ganó en su categoría (3⁄4 de tonelada) las
regatas de la Semana Náutica Internacional del Mediterráneo (SNIM) de Marsella, en 1973. Esas regatas
tenían entonces mucho éxito y el valor de un europeo de IOR.
Los Polo costruyeron unas unidades más, pero el astillero que se encargó de la mayoría de los Aquavit
costruidos en Francia fue Moinard, de La Rochelle, quien construyó 27 ejemplares. El Aquavit tuvo una
segunda y posterior línea de construcción en España, en Alicante, por Saetabi. Los modelos españoles
difieren de los franceses en la eslora total, en el diseño de la bañera, el peso de la orza y del casco y en
algunos detalles de la cubierta y de los interiores.
El primer Aquavit se había empezado a construir en Cartagena, en el barrio de Los Dolores. El armador,
José Luis Botella, era un conocido empresario de la ciudad. Él y José Antonio Barbero, dueño de Saetabi,
acordaron transportarlo para terminar de construirlo en El Campello. Así fue como Saetabi –que más
tarde sería Maryola- inició la construcción de estos veleros, rápidos y excelentes ceñidores. El Aquavit,
como se llamaba también esa primera unidad del Real Club de Regatas de Cartagena, ganó a mediados de
los Años Setenta el Campeonato de España en Alicante. Era de color negro, con una franja blanca a lo
largo del casco, y con el espejo de popa blanco. El patrón era Pedro Pablo Ruiz‚ ́Chuto ́, responsable de
velas Tasker, que había cortado personalmente la mayor y el génova para aquella regata. Como anécdota
cabe señalar que este Aquavit arbolaba un palo que se hallaba lejos todavía de los 13 metros que tuvieron
después algunas unidades.
El Aquavit es un sloop de doble pantoque, amplia manga para la época y con buena cantidad de lastre en
su quilla de hierro. Todo ello le otorga unas excelentes dotes de ceñida y de suave navegación en tiempos
duros. Es un gran barco para crucero y regata.
El Elisa –ex-Muchacha (?), ex-Obnises, ex-Azzul–, fue botado en 1974. Cuando sus actuales armadores
lo compraron en febrero de 2.022, uno de los propietarios anteriores sólo pudo informarles que, años atrás
y con otro armador, el barco había navegado en varios cruceros por el Mediterráneo, llegando a Túnez –
por eso los depósitos añadidos de agua dulce debajo de las literas de la cabina–. También les dijo que,
durante una decena de años, él lo había usado como crucero familiar. Sus hijos habían crecido navegando
con él. Añadió que cuando subía el viento dejaban atrás a otros barcos de mayor eslora, sin necesidad de
tomar rizos. ¡Y dijo que lo echaba de menos!... Según sus apasionados armadores hoy en día, el Elisa
navega de maravilla cuando empieza a soplar el viento por las aguas de Águilas (Murcia).